Miraron equí

19 abr 2013

NUEVA MIRADA ASTURIANA A CARVER


Un corte de pelo
Raymond Carver
Traducción y selección de Pablo Texón Castañón
Xixón, Suburbia, 2013

     

     ¿Qué rara vinculación tien l’escritor norteamericanu Raymond Carver (1938-1988) con Asturies? Nun hai noticia de que tuviera conocimientu de la existencia d’esta tierra, pero una curiosa casualidá fai que los principales traductores de la so poesía nel nuesu ámbitu seyan asturianos. Mariano Antolín Rato, el primeru, dio a conocer yá en 1990 (Bajo una luz marina) una antoloxía d’esta obra poética traducida al español, en Visor. Más cerca de nós, en 2006, ye Jaime Priede quien ofrez la poesía reunida del poeta d’Oregón baxo’l títulu Todos nosotros, con prólogu de Tess Gallagher y edición de Bartleby. El poeta Pablo Texón empezó traduciendo al asturianu, pal númberu 3 de la revista Campo de los Patos, dellos poemes de Carver, pero, como diz nel prólogu, “esi llabor fo tan gratificante y la cantidá de testos escoyíos tan ruina que quedé cola gana de siguir y ampliar el corpus escoyío”. Aquellos nueve poemes iniciales pasen a ser diecisiete nesta antoloxía, Un corte de pelo, una amuesa curtia que l’antólogu reconoz fecha más “col cuchiellu corón del llector apasionáu que col bisturí del críticu lliterariu”.
     Carver ye un reconocíu cuentista, un autor imprescindible a la d’entender la narrativa americana de los años setenta y ochenta. El so realismu, capaz de poner el focu d’atención na cotidianidá de les vides anónimes, y de sacar d’ehí retratos apasionantes, profundamente humanos, tuvo una notable influencia na lliteratura occidental posterior. Ye verdá que la so poesía nun algamó tanta sonadía, pero en nengún momentu desamerita del llabor narrativu y va ganando adeptos. Nun foi un narrador qu’escribiera versos ocasionalmente. Dende 1954, cuando yera un adolescente, escribió poesía con constancia, y na última década de la so vida (a partir del momentu en que conoz a Gallagher) con especial dedicación, revisando tamién la obra anterior. Poeta confesional, la poesía sírve-y pa facer el retratu de lo so peripecia personal y intelectual cola mesma mezcla d’inocencia, agudeza y perspicacia que ponía nos sos relatos cuando s’ocupaba de les vides ayenes, y col mesmu recursu técnicu de dexar en bien d’ocasiones los finales abiertos, suspendíos nel aire, precisando que los complete’l receptor. La so poesía duel, si exceptuamos aquellos poemes que celebren l’atopada con Tess Gallagher.
     El trabayu de Pablo Texón como traductor al asturianu ye impecable, esbillando textos de los distintos llibros de Carver. Enfréntase a estos poemes como si fueren propios, hasta’l puntu de qu’ofrez, na nota que coloca al frente del volume, más esplicaciones de lo que supón pa él la so traducción (y de les razones que lu lleven a dedicar les sos versiones a distintos amigos) qu’una aproximación a la obra del americanu. Y la verdá ye qu’echamos de menos nesta antoloxía dos coses: más poemes traducíos, y que Pablo Texón reflexionara, cola lucidez y intuición a les que nos tien avezaos, sobre la obra poética de Raymond Carver. que noso  Como poeta ye verd Bl, emes que celebren la c, na parte de la lliteratura occidental posterior. Como poeta ye verd Bl

17 abr 2013

OTRA RESEÑA DE CAMPO DE LOS PATOS: MIGUEL ROJO NEL COMERCIO

MADE IN AMERICA


Cubierta de Campo de los Patos 3


MIGUEL ROJO, EL COMERCIO
     “Durante los años sesenta los ingleses descubrieron la poesía norteamericana del siglo veinte. Pero todo el lote a la vez –de Williams a Duncan y Snyder- ha resultado un poco indigesto. La gente en Inglaterra parece estar imitando esta poesía, pero no la están usando realmente. Espero que en los próximos años la digestión dé comienzo”. Esta es la cita de Thom Gunn que Jaime Priede trae muy oportunamente en el entrevista que hace a varios traductores de poesía norteamericana al castellano, y que aparece en el último número de la revista “Campo de los patos” (Editorial Saltadera).
     Si cambiáramos “ingleses” por “españoles” y años “sesenta” por “noventa”, la cita sería completamente válida y conveniente para definir lo que está ocurriendo aquí y ahora. Este retraso, lenguas aparte y falta de parentesco consanguíneo que en literatura siempre tira mucho, se debió también, como apunta Antón García (director y padre y madre de la revista), al hecho de que toda una generación en España fue dolorosamente marcada por la guerra de Vietnam y por el posterior “No a la OTAN”, lo que propició en muchos un rechazó beligerante ante cualquier manifestación cultural venida de USA. 
     Ahora las cosas han cambiado, menos dogmáticos y más sabios -¡o más resignados!- aceptamos con normalidad el papel preponderante que la literatura actual norteamericana (¿sólo la literatura?) ejerce en el mundo de la cultura; altar ante el que devotamente se hinca cualquier aprendiz a escritor como antes lo hacíamos frente a la literatura venida de París… Y si en el caso de la narrativa ya hace tiempo que son numerosos los autores norteamericanos que forman parte de nuestro canon literario (ahí están los imprescindibles Cheever, Carver, Bellow, Auster, DeLillo, Roth, Foster…), ahora, además, la atención se centra en la poesía. 
     Buena muestra de esto que digo es el interés que ha levantado en el mundillo literario la entrega de los números 3 y 4 de la revista “Campo de los Patos” (cuesta trabajo hablar de “revista” ante esta monumental obra de casi 800 páginas) dedicada fundamentalmente a la “Poesía Norteamericana”
Son numerosos los colaboradores que participan en ella, poetas la mayoría, que ejercen de traductores al asturiano de –por citar sólo algunos- Marianne Moore, Weldon Kees, Ted Kooser, Billy Collins… aparte de los ya habituales Walt Whitman o Emily Dickinson. Además, la revista nos muestra la realidad poliédrica de un país tan vasto y multicultural como es Estados Unidos incluyendo poesía latina escrita en castellano o poesía de los italo-americanos. También hay espacio para la poesía reivindicativa de la comunidad negra –Black Arts Movement- o de los originarios pobladores americanos en la voz de Sherman Alexie, uno de cuyos poemas no me resisto a reproducir por lo que muestra de universal que tienen las señas de pérdida de identidad de cualquier pueblo. La traducción al asturiano es de Laura Marcos:

“Nun tengo un nome indiu. / L’aire nun faló con mio ma / cuando nací yo . El mio corazón taba escondíu / embaxo les cáscares de nuez cambiaes / de sitiu. Faigo trampa pa sentir / el tocar de los tambores en pechu.”
     La revista acoge además varios ensayos escritos por Martín López Vega, José Luis Argüelles, Pablo Antón Marín Estrada, Xuan Xosé Sánchez Vicente, Xabel Vegas, Adolfo Camilo Díaz…que nos acercan a esa realidad poética norteamericana, a sus espacios de influencia como la música o geográficos como la mítica librería City Lights de San Fracisco con Ferlinghetti asomado a la ventana pensando en el telegrama que le va a enviar a Ginsberg: “Te saludo al comienzo de una brillante carrera”.
     Ochocientas páginas que dan mucho para leer y para disfrutar. Un trabajo espléndidamente hecho, ambicioso y cuidado en las formas que dejará al lector “rebosante” durante una buena temporada.


UNA RESEÑA DE CAMPO DE LOS PATOS 3, POR LUIS MUÑIZ


Whitman en asturiano

La revista «Campo de los Patos» dedica su último número a la poesía norteamericana

LUIS MUÑIZ

LNE | 16.04.2013 | 12:28
Poesía norteamericana (dossier)revista «campo de los patos», n.º 3374 páginas
Poesía norteamericana (dossier)revista «campo de los patos», n.º 3
374 páginas

La revista en asturiano «Campo de los Patos» dedica casi íntegramente su tercer número a la poesía norteamericana. Son más de 300 páginas que incluyen traducciones que abarcan desde Walt Whitman hasta Sherman Alexie, precedidas de dos ensayos introductorios, escritos por los poetas Martín López-Vega y José Luis Argüelles, y un artículo que repasa las más recientes antologías publicadas en Estados Unidos, obra de Carlos Ardavín.
Se trata de la primera parte de un dossier consagrado a la tradición poética más influyente de las últimas décadas, así que no cabe ver en ella vocación de exhaustividad, sino de cumplido homenaje a algunos de los hitos de su historia. El resultado, no obstante, es más que satisfactorio, y en algunos momentos, verdaderamente memorable; así, la traducción que Xuan Xosé Sánchez Vicente ofrece de «The lake isle», uno de los poemas más conocidos de Ezra Pound.
De gran interés son también las secciones tituladas «10 poetes modernistes norteamericanos», a cargo de Héctor Fernández, y «Barres y estrelles», con versiones de Jaime Priede y Antón García, director de la revista. La primera nos brinda la oportunidad de leer a autores escasamente difundidos en la Península, como John Gould Fletcher, John Crowe Ransom o George Oppen; en la segunda, los traductores abordan en asturiano a los mismos poetas que Priede ha ido trasladando al castellano en los últimos años: Masters, Carver, Mary Jo Bang, Anne Michaels y Robert Hass, entre otros.
Esta primera parte del dossier también incluye una pequeña muestra de la obra de los poetas del Black Arts Movement, con su jefe de filas, Amiri Baraka (LeRoi Jones), a la cabeza, en versiones de Iván Cuevas, así como secciones individualizadas para mostrar el trabajo, vertido al asturiano, de pesos pesados como Whitman, Emily Dickinson, Marianne Moore y Frank O'Hara, y de otros más ligeros: Weldon Kees, Linda Pastan, Lucille Clifton, Ted Kooser o Billy Collins.
La combinación de secciones colectivas y secciones individuales hace inevitable la repetición de algunos nombres, que aparecen traducidos dos veces; es el caso de Moore, Hart Crane y Raymond Carver. Y, sin embargo, no asoma por ningún lado la poesía de Edgar Allan Poe, salvo para decir, como hace Argüelles en su ensayo, coincidiendo con Eliot, que la importancia capital del autor de «Morella» reside más en su teoría poética que en sus versos. Cierto, pero eso no obsta para que alguna de sus piezas pudiera figurar -de hecho, debería- en el dossier.
Que Poe engendrara el simbolismo europeo con su teoría del arte como efecto, como clima, no significa que «El cuervo» no sea un poema americano, escrito por un americano en América. Además, creo, podría sonar de maravilla en asturiano.

11 abr 2013

UN POEMA DE HORACE GREGORY N'ASTURIANU

     Horace Gregory (1898-1982) ye un poeta norteamericanu que siempre m’interesó, anque ye mui difícil atopalu traducíu a dalguna llingua ibérica. Ente nós, Jorge Ordaz púnxolu n’español, anque en publicaciones a les que nun ye fácil llegar. Na revista Lliteratura (númberu 29, iviernu 2012-2013) publiqué esta aproximación a un poema sou, que se suma a la versión d'otru qu’aparecía, reescritu y en parte, nel mio llibru de 1998 Venti poemes.

Horace Gregory


LA PASIÓN DE M’PHAIL

IV

El mozu del furgón de comida que se parecía a Orson Wells,
a Romeo, a Bruto, y nos güeyos a un marcianu,
el botones que yera Joe Louis en persona,
el vendedor de fruta griegu que’l domingu en misa
yera malrayu lu parta cuspíu a J. P. Morgan,
el barberu italianu que nel espeyu se parecía más
a John Barrymore que Barrymore mesmu,
la rapaza que vendía crema hidratante en Woolworth
que yera de sópitu Garbo, pero más real,
l’encargáu de la zapatería qu’a medianueche, baxo l’agua,
na puerta de Lindy’s,
tenía de ser Clark Gable,
l’antigu ministru bautista de la Segunda Avenida
que nació pa tener una cara como la de Cordell Hull...
¿Por qué me miren asina, por qué arremeyen pa min
caminando sonámbulos nos mios suenos?
¿Cuál foi’l gran error?
Asemeyábense al poder y a la fama,
al amor, a cuanto ún pudiera precisar,
y pensabes qu’esos rostros diben ponelos onde
fueren a dictar una carta o dirixir un bancu
o besar un micrófonu o llexar nun yate o dormir
nuna auténtica cama imitación María Antonieta
o llegar a dalgún llugar enantes de morrer
en cuenta de cayer en sueños mui fondos
pa dicise a ellos mesmos quién o qué son o ónde tán
hasta qu’un incendiu los saca a la cai
o se siente un disparu y la policía aparez na puerta.

UN POCO D’HISTORIA


La Chelita, El Salvador 1992
Ruma Barbero
El Pitu, Tierra Llibros, 2012



     Lo poco que sabemos sobre El Salvador, esi pequeñu país de Centroamérica al que los propios conocen col nome d’El Pulgarcito, ponse de manifiestu lleendo’l cómic La Chelita (El Salvador 1992) que nos entrega Ruma Barbero cola calidez humana, l’atención a los detalles y el didactismu que caractericen la obra d’esti dibuxante asturianu. A los mayores ha sona-yos más el Frente Farabundo Martí (l’exércitu de la guerrilla de la esquierda salvadoreña), o Radio Venceremos, que saber cómo se llama la capital de la república o citar dalgunes poblaciones importantes. Y ye que nes últimes décades del sieglu XX nun resultó raro conocer a dalguién, xente activo, inquieto y comprometío cola esquierda, que s’embarcaba na aventura americana pa echar una mano nes revoluciones en marcha (la triunfante sandinista en Nicaragua, qu’equí se vivió como propia) o na guerra y na paz salvadoreña. Daquella nun sabíamos entá lo que yera una ong, y a los que depués díbemos llamar cooperantes llamábamoslos voluntarios.
     Una d’eses persones yera Charo Borreguero, y na so experiencia personal básase’l relatu principal de la obra de Barbero. Ella va ser La Chelita, que ye como la bauticen en centroamérica non porque fuera rubia como la chela (una de les denominaciones populares de la cerveza), sinón por ser blanca (anque morena) ente una población que cuenta con un importante númberu d’indíxenes. Llega al Salvador nel branu de 1992, cuando yá hai unos meses que se firmó la paz de Chapultepec ente la guerrilla y el gobiernu, y va ocupase en recoyer testimonios de les matances, desapariciones y violaciones ocurríes nos doce años anteriores de la llamada “guerra de baxa intensidá”, que dexó unos setenta y cinco mil muertos. El so trabayu, duru y que la marca fondamente, axuda a elaborar l’Informe pa la Comisión de la Verdá pa El Salvador, redactáu por Naciones Xuníes, qu’intenta, poniendo sobre la mesa los casos más representativos de violaciones de drechos humanos, buscar la reconciliación de les partes.
     El propiu Ruma Barbero (Xixón, 1971) aparez como un personaxe del cómic, al empiezu de l’aventura de facer el llibru, y al final, recoyendo testimonios d’otros cooperantes como Marcelo y “Chaparra” (Lucía Iriarte, qu’escribe’l prólogu), que completen n’epílogu la historia de Borreguero. El llibru ye más un reportaxe humanu qu’una novela gráfica, casi más periodismu que relatu, pero engancha dende’l primer momentu. Ruma Barbero devuélvenos a aquel tiempu con una obra mui documentada y bien estructurada, apasionante y instructiva, que sitúa al Salvador nel mapa y na historia. Pero tamién nos enseña cómo víemos el mundu hai unes décades y cómo dalgunos de los nuesos amigos y amigues taben dispuestos a xugase la vida por axudar a cambialu, solidarios colos más desfavorecíos, comprometíos con una idea incierta de xusticia. Nun cambiaron el mundu, pero ellos yeran otros cuando volvieron.

5 abr 2013

UNA GRAN HISTORIA


Piquinu
Un curtiu documental dirixíu por Sonia Fernández
Uviéu, 2012


     Quien escriba "piquinu" en cualquier buscador d'internet va tener la oportunidá d'averase a una pequeña xoya. Van sali-y dos enllaces, un videu y un blog, que tienen entrambos un mesmu protagonista: un curtiu documental filmáu en 2011 en Llena, que se titula Piquinu, y que colgaron na rede a finales del 2012. Cuenta un día na vida d'Aarón, un rapacín llenizu qu'estudia na Pola pela selmana, pero que sube al pueblu los güelos tolos fines de selmana que pue. Présta-y garrar los perros y caminar monte arriba, buscando la tranquilidá de los espacios abiertos, l'aventura de tar consigo mesmu. Y eso ye lo que cuenta esti curtiu de poco más de doce minutos, desque almuerza los frisuelos que-y fai la güela Argentina (vistida cola batina d'andar per casa), garra'l Chumbo, el so perru, y empieza una subida que lu va llevar dende Rospaso a la Tena.
       Los responsables del curtiu (guión de Xesús Torga, dirección y producción de Sonia Fernández –conocida nel mundu de les artes plástiques– y un magníficu trabayu na grabación, montaxe y música de Dani Álvarez) acierten cuando ceden tol protagonismu al rapaz, limitándose a poner n'imáxenes lo qu'Aarón contó, un añu enantes, nun concursu de cuentos que convocara l'institutu de La Pola nel qu'estudia, y onde Torga y Fernández trabayen como profesores.
     Ye'l propiu Aarón quien relata la so peripecia n'off. Una voz con acentu de Llena y un asturianu impecable, cásique máxicu, que nun se cansa ún de sentir, va contando lo muncho que-y presta echase al monte. La cámara limítase a siguir al rapaz nos sos movimientos de cada día, pero construye un segundu relatu: la cocina de fierro apagada mientres la güela tresna na de gas, la llarga mesa con hule, en penumbra, de cuando había más xente en casa, una portiella fecha col metálicu d'una cama, un pueblu en silenciu... Empieza entós la subida, narrando peripecies d'otres caminates: una atopada con un osu, xabalinos, corcios, robezos... A lo primero va per un camín de carru ente finques, depués más pel monte onde yá ye difícil siguir un senderu, y per últimu ente la nieve, hasta tresponer la Tena y almirar un paisaxe únicu y grandiosu énte'l qu'Aarón se siente "piquinu", dando títulu al documental.

     Esa ventana al mundu que ye internet asómanos nesta ocasión a un paisaxe y a un paisanaxe que tenemos al llau de casa y que de tan cerca cásique nos pasa desapercibíu. Aarón ye un rapaz como tantos otros, pero observalu permite que nos déamos cuenta de la so estraordinaria singularidá. La mirada que proponen los autores d'esti curtiu emociona na so cenciellez, un llogru que namás s'algama, como dicía Clarice Lispector, con munchu trabayu.